Quién controla la información controla el poder

Empieza a ser insoportable leer la prensa, ver los informativos de la tele o seguir los programas de la radio, que hasta no hace demasiado tiempo se salvaban de la quema, y observar que el oligopolio instaurado en los medios de comunicación, esta acotando el espacio del pensamiento férreamente.

Resulta paradójico, entre otras cosas, porque quienes defienden la libertad de expresión e información son los medios oligopolísticos de información: aquellos que precisamente bloquean la información y establecen el marco mental dentro del que se puede hablar en público y, ya casi, pensar en privado. Defienden la democracia con un régimen que impide que lleguen al poder ningún partido que no sea uno de los dos que defienden el mismo sistema económico para la res publica (que como todo el mundo sabe es un coto privado).

Ha muerto Polanco, y hasta los del Partido Popular vomitan sus pésames. Con razón, pues ellos están dentro del marco conceptual de los medios tanto como sus opositores, a los que el fallecido era afín.

Esta gente ni sabe ni le interesa la democracia, desprecian a la opinión pública y la gente les aplaude, se cagan en la libertad de expresión y los lectores, radioyentes y televidentes corren a limpiarles el culo. Los polancos son pocos y mandan mucho, quitan y ponen gobiernos, manipulan elecciones presuntamente democráticas, impulsan editoriales para lavarse la cara mientras promueven la prensa rosa y la telebasura. Dueños de centenares de emisoras de radio y de la televisión de pago y la otra, propietarios de los cuatro únicos periódicos aceptados por sus propias distribuidoras, mantenedores de vargas llosas, losantitos, cebrianes y, pedrojotas del cutrerío intelectual, propagadores de bazofia e hipocresía. Eso y mucho más en aras de la defensa de los privilegios de los de siempre. Embrutecedores de mentes, perversotes de la más mínima honestidad, perros guardianes de monarquías instauradas por dictadores, voceros de reyes en el nombre de Dios, mantenedores de fragas, y mantenidos por condes de Godó y demás polanqueros monarquicosos.

Pues espero que vaya al mismo cielo que Calígula, Idi Amin Dada, o Pinochet…y que se reúnan con ellos pronto los otros a los que los dueños de la comunicación han promovido y encumbrado para proteger sus privilegios y prolongar la esclavitud y la miseria en la humanidad.

Descanse en paz.